Por segundo día consecutivo, luego de la movilización convocada por intelectuales, artistas y periodistas, cientos de ciudadanos se dieron cita en las calles de la Ciudad de México para manifestar su repudio por la “privatización” del sector energético, el aumento a la tarifa del Metro y el encarecimiento de la vida.
Marcha que en todo momento estuvo fuertemente acosada por policías antimotines de la Secretaria de Seguridad Pública del Distrito Federal (SSPDF).
Al grito de “¡que se vayan! ¡que se vayan!”, los participantes exigieron el retiro de los granaderos que desde el Ángel de la Independencia –donde se agruparon en un principio–, hasta Paseo de la Reforma y su finalización frente al Hemiciclo a Juárez, les rodearon e impidieron la movilidad a todo lo largo de la jornada.
Desde temprana hora, el titular de la Secretaria de Seguridad Pública del Distrito Federal, Jesús Rodríguez Almeida, informó que se tenía programado un operativo “para que no haya desorden público”, compuesto por 500 o mil uniformados “según se presenten las circunstancias”.
“Vamos a estar pendientes de que no haya desorden público, ése es el objetivo, si llega alguien a realizar algún acto contra la población, contra algún inmueble de la ciudad o privado, evidentemente buscaremos restablecer el orden y resguardar los comercios de la zona”, afirmó.
La concentración, que inició desde las cuatro de la tarde y culminó al filo de las siete de la noche, también fue acordonada por niños y mujeres que se opusieron a la represión. “Avanzamos pacíficamente, el control no lo tiene el gobierno, el control lo tenemos nosotros los ciudadanos”, se escuchó decir en múltiples ocasiones.
Para demostrar este control –y autocontrol–, al llegar al Hemiciclo a Juárez los manifestantes decidieron realizar un acto poco usual en el repertorio de la protesta social mexicana: una multitudinaria “sentada” quitó a los agentes policíacos todo pretexto para hacer uso de la fuerza.
Durante la sentada, Citlalli Hernández -del Comité por la libertad de Patishtán y el Movimiento de Aspirantes Excluidos de la Educación Superior (MAES)- y el estudiante de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (FCPyS-UNAM) Alberto Trejo tomaron la palabra para convocar a una asamblea este lunes a las 15 horas.
Reiterando lo que calificaron como autoritarismo y falta de sensibilidad hacia la “difícil situación que vive la mayoría de los mexicanos”, con que se aprobaron la Reforma Energética y el alza al costo del boleto del Sistema de Transporte Colectivo Metro, los ciudadanos completaron la doble jornada de protesta contra el “golpe a la economía popular y la soberanía de la nación”.
La movilización, por primera vez en mucho tiempo, finalizó sin enfrentamientos ni detenciones.
Fuente: Revolucion trespuntocero
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